Atendiendo a la perspectiva histórica de la Administración Pública Omar Guerrero sugiere que el corazón del Leviatán Absolutista radica en la obediencia que los súbditos despliegan a través de los distintos mecanismos y controles que las ciencias camerales implementaban con el objetivo de ampliar y fortalecer el poder del Estado. En esta perspectiva, las ciencias camerales se convierten para el poder absolutista en una poderosa estructura cognitiva y racional capaz de sistematizar la realidad social en torno a una serie de asimetrías sociales; la característica específica de esa estructura cognitiva era introducir los más altos niveles de obediencia y consenso hacía el Leviatán y este debía concentrase en garantizar (en una visión de concesión) a los súbditos la seguridad de sus bienes y un parámetro alcanzable de felicidad. Si ampliamos el análisis anterior siguiendo a Omar Guerrero, tenemos que el absolutismo contaba con una ciencia del Estado que se identificaba con la política o el arte del gobierno; si ponemos en perspectiva los anteriores argumentos podemos establecer que el Leviatán Absolutista funcionada por la imbricación entre la ciencia del Estado y las ciencias camerales. De ahí que la dirección del gobierno absolutista era efectiva en tanto contaba con una tecnología administrativa y control para asegurarse la obediencia de todos los grupos de interés.
Si la anterior tesis es viable, entonces cómo entender que en México el Leviatán no esta garantizado ni seguridad ni felicidad a los gobernados (ya no por concesión, sino por derechos) en un contexto en donde la ciencia del Estado y las ciencias camerales son concebidas como un producto del liberalismo funcional, en tanto paradigma de la coalición gobernante. De ser así, la posible respuesta la tendríamos al interpretar que realidad social en México esta orientada a partir de una comunidad de las políticas que se constituye como un paradigma dominante. En esa dirección, resulta aplicable entender que la actual coalición gobernante en México se agrupa en torno al paradigma liberal funcionalista (matriz cognitiva y normativa), el cual bajo su lógica racional despliega mecanismos que alinean la diversidad y complejidad social a las fuerzas de la competencia y del mercado, con la finalidad de restar capacidades a las posibilidades de la cohesión social y del capital social para revertir los efectos perniciosos de una profunda estratificación desigual de la sociedad (inseguridad, complicidad, narcotráfico, maras, corrupción, impunidad), asimismo este liberalismo marca una tendencia para reducir sensiblemente la equidad y los elementos de partencia del pacto social que da simetría a la agregación de intereses individuales y colectivos.
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