miércoles, 17 de junio de 2009

Reformas al Poder Legislativo, en la Reforma del Estado

ALEJANDRO GIL ELORDUY

Introducción
La estructura de gobierno en México tiene como base los lineamientos establecidos en la Constitución Política de los Estados Mexicanos en su titulo segundo, artículos 40 y 41, que a su letra dicen:
Artículo 40. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.

Artículo 41. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los Estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.

Estos artículos, son la punta medular de nuestro sistema de gobierno. Asimismo, el artículo 41 hace referencia a los Poderes de la Unión, también llamados órganos de gobierno, estos a su vez se dividen en 3: Ejecutivo legislativo y judicial.

En el marco de la reforma del Estado es precisó, si queremos verdaderamente hacer una reforma estructural del Estado, integrar reformas en cada uno de los diferentes órganos de gobierno o poderes de la unión.

Dentro de estas reformas que se analizan en este marco, en mi personal punto de vista una de las más importantes es la reforma del Poder Legislativo. Asimismo, es importante mencionar que el Congreso de la Unión mantiene un gran retaso ya que su reglamento data del año 1934, con este dato podemos imaginar el retraso de esta institución.

El congreso de la unión es la esencia de la soberanía, ya que es la voluntad del pueblo representada dentro del las dos cámaras, de diputados y de senadores, los que a su vez son los representantes directos del mismo pueblo. De igual manera, la labor que ejercen es de suma importancia, ya que independientemente de crear leyes para el mejor funcionamiento del orden jurídico que regula al estado, también, funge como un vigilante de los actos del ejecutivo y le da un equilibrio entre poderes al Estado.

Diagnostico
La reforma institucional del Poder Legislativo constituye una agenda múltiple y al mismo tiempo un vector de acción política y debate intelectual. Este tema se ha abordado de manera poco sistemática, y casi nunca se repara en el método que es preciso poner en juego, para procesar los temas y las reformas que integran la agenda de la reforma institucional del Poder Legislativo.

Tampoco se tiene claro el método para estar o no de acuerdo. Esto en términos prácticos, significa, que frente a la gran cantidad de temas que todos quieren incluir en la agenda legislativa, ésta se satura, se sobrecarga y terina bloqueándose. Y si además a las propuestas de reforma se les otorga el carácter de urgentes; en este momento pierden viabilidad, porque saturan la vía para aprobarlas.

El método es fundamental para hacer del trabajo legislativo un trabajo eficaz. Los legisladores no han reparado lo suficiente en el tema del método para procesar la agenda, que no es lo mismo que el procesamiento de los temas inconexos de la agenda legislativa rutinaria.

En relación con el método, la extensión y la intensidad de las reformas, hay posiciones maximalistas y posiciones minimalistas, pasando por las posiciones intermedias. Las posiciones extremas expresan una lectura política equivocada de la realidad. Esto porque tenemos un eje problemático que tiene que ver con las tensiones que provocan las relaciones conflictivas entre el régimen político y la forma de gobierno.

Por otra parte, pero no aparte, los legisladores tienen que resolver la relación entre su propio trabajo y el de los órganos técnicos y profesionales del parlamento. Es preciso que los legisladores, superen la arrogancia del cargo, y el sentimiento de inferioridad frente a un profesional o técnico competente que conoce el proceso legislativo. No desmerece la investidura del legislador, y los

Congresos le otorgan el status legal necesario a los órganos técnicos. Los legisladores pueden subir cuantas veces quieran a tribuna, pero es preciso dejar que los órganos técnicos hagan su trabajo

Los legisladores deben atreverse a modificar la ley orgánica para introducir criterios de profesionalización de manera gradual, no es un proceso que se agote de una legislatura a otra. Se necesita tiempo.

Si un congreso acomete su reforma interna, y se decide sin complejos a apoyar a sus órganos técnicos, el desempeño legislativo puede ofrecer en plazos relativamente cortos, saltos cualitativos muy importantes. Sugiero a todos los diputados que lectores de estas líneas, no regatear a quienes integran los órganos técnicos, los sueldos, recursos materiales, espacios físicos o apoyo político, por que siempre tendrá un mayor costo social y político una pésima ley o un deficiente dictamen, que la existencia de un cuerpo profesional de apoyo técnico a las tareas sustantivas de los congresos.

No podemos dejar de mencionar otro problema que es materia de crítica y análisis dentro del marco de la reforma del Estado: El desempeño legislativo. En México tenemos un desfase muy fuerte. Los congresos son plurales, hay coexistencia política, pero no hay desarrollo institucional, simultáneamente. Y donde emergen las diferentes políticas, también aparecen las incompetencias y las ineficiencias derivadas del déficit de desarrollo institucional.

Por eso, la percepción pública sobre la tarea del legislador es muy negativa, por que la gente no esta percibiendo las diferencias. Para la gente todos los legisladores son iguales. Lo que se esta percibiendo son competencias.

En las últimas encuestas internacionales sobre que hizo el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se mostro que las tres instituciones que se perciben de manera más negativa son, en este orden: la política, los partidos y los legisladores. No es un invento de los medios, es una percepción de la ciudadanía. No les preguntaron a los medios, sino a la gente. Estos son los datos de la última encuesta, pero tales proporciones ya habían aparecido en las encuestas nacionales de cultura política del 2001 y del 2003.ahí están los datos duros.

¿Por qué no son positivas las percepciones de la gente? Por que se perciben incompetencias, que no es lo mismo que diferencias ideológicas y partidistas. Después de todo, la evaluación del desempeño ya no se mide por las veces que los legisladores suben a tribuna o por el número de iniciativas que presentan. Hay formas de evaluación que ningún congreso en México ha aprobado.

Todos suponen que la creación de leyes contribuyen a resolver problemas, pero no se prevé que en ocasiones la creación de reformas de leyes enredan más los problemas y provocan efectos no deseados. Asimismo, en los congresos no hay áreas técnicas especializadas para hacer estudios de impacto social de la legislación que va a aprobar.

Nunca se han hecho estudios completos o parciales determinar que leyes hay que abrogar. En México hay una tendencia a la influencia legislativa. Se crean leyes y más leyes. No hay abogado, por experto que y dedicado que sea, que conozca todo el conjunto de la legislación mexicana.

Los legisladores no han tomado conciencia de que el proceso de creación normativa se ha convertido en un proceso de acumulación de legalidad y de regulaciones. No se han planteado revisar la eficacia de las normas vigentes no hay criterio para proceder a la desregulación.

¿A quienes representan los legisladores y como pueden satisfacer las exigencias y las expectativas de sus representados? La respuesta más común es que representan al pueblo, a los electores y a sus distritos. Una respuesta más sosegada nos llevaría a corregir que los legisladores representan en primer término a quienes los apoyaron, a los grupos de presión que los ayudaron en la campaña. Existe un esquema de patronazgo detrás del trabajo de los legisladores.

Por otra parte, algunos de los legisladores que no están en condiciones de cumplir adecuadamente su función de creación normativa se refugian en la gestoría. Y como nadie les garantiza la continuidad política; y como la reelección no es posible, prefieren aceitar sus vínculos con su clientela tradicional en espera de competir por el siguiente puesto de elección popular.

Ni toda la gestoría es suficiente para enviar señales a la sociedad de que los legisladores tienen un desempeño eficaz. Esa es la gran paradoja. La gestoría ayuda al legislador a mantener sus vínculos sociales y prepararse para la siguiente campaña electoral. Pero no existe la relación directa entre la gestoría y el desempeño legislativo.

Cada vez es mas complicado establecer un vinculo o nexo directo entre la condición del legislador y ciudadanos. El hilo conductor que hoy puede darle al legislador y al cuerpo legislativo, un mejor desempeño, no necesariamente pasa por la relación con los electores. El problema y sus soluciones pasan por la termalización de la agenda del Congreso. Hay que preocuparse menos por los electores y más por los temas. Al final si te preocupas por los temas adecuados, por extensión te ocupas de los electores.

Por los problemas antes expuestos hemos llegado a las siguientes:

Conclusiones y propuestas
Dentro del marco de la reforma del Estado, los legisladores deben hacer reformas al Poder legislativo para auto regularse y hacer más eficaz el trabajo de creación de leyes. De igual manera, el trámite o proceso que sigue una iniciativa para que se dictamine y se vote en el pleno es demasiado engorroso, y si a eso le agregamos que no tenemos en nuestra legislación nada que regule el trabajo en comisiones, el quórum, los trabajos de comisiones unidas etc.

Los legisladores no están obligados a nada dentro del trabajo en comisiones, por lo tanto, en muchas ocasiones no se presentan, no firman el dictamen o de plano no saben de que se trata la reunión a la que fueron convocados. Ya sea por que se empatan dos reuniones de comisión en el mismo horario, entonces el legislador tiene que escoger una de las dos para asistir ya que es integrante de ambas.

La Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara turna las iniciativas a criterio personal del legislador que funge como presidente, por lo tanto no existe un criterio regulado y muchas veces las iniciativas son turnadas por error a comisiones distintas a las que les incumbe el asunto. Esto retrasa de sobremanera el procedimiento de creación de leyes.

El rezago es otro de los problemas con el que tenemos que lidiar. La presentación excesiva de iniciativas por legisladores, es lo que causa un rezago. De igual manera, el rezago quita mucho tiempo ya que las comisiones están obligadas a dictaminar todas las iniciativas que se les turnan, resulta que estas trabajan lo que no trabajaron las legislaturas anteriores.

En mi particular punto de vista y a manera de propuesta, los asuntos de las legislaturas pasadas que se encuentran en el rezago deberían ser regresados a lo grupos parlamentarios que los presentaron, para que estos las revisen y si les interesa alguna que la presenten dentro de la legislatura actual, si no les interesa que se deseche, de esta manera acabaríamos con el rezago que tanto tiempo nos hace perder.

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